Hay gente que es muy buena engañando a los demás, y otros somos muy malos por la falta de práctica. Pero todos somos muy, muy buenos engañandonos a nosotros mismos.
Somos capaces de no ver lo que está ante nuestros ojos y negar la evidencia, con tal de no reconocer que nos equivocamos. Fabularemos de forma automática ante cualquier amenaza a alguna de nuestras creencias fundamentales. Negaremos cualquier razonamiento por bien construido que esté, si este ataca nuestra buena imagen de nosotros mismos.
Nos identificamos hasta tal punto con nuestras opiniones y creencias que consideramos cualquier crítica a ellas como una agresión a nosotros mismos. Desde ese punto de vista, es razonable pensar que la evolución nos protege de nosotros mismos cuando hacemos AUTOCRÍTICA, en caso de producirse una disonancia cognitiva. Emplearemos trucos como "prefiero no pensar en esto", "prefiero no hablar de esto", o directamente negaremos la realidad, e inventaremos una en la que nuestras posibilidades de bienestar y supervivencia sean mayores. Ese es el objetivo de un primate superior que vive en las cavernas con un montón de primates. Lo que pasa es que los genes cambian despacio y la sociedad rápido. Pero esa es otra historia...
Id con cuidado ahí fuera, |Meneantes