Ando estos días echado al monte por la zona del Alto Tajo. Estaba en el aseo lavándome las manos, cuando a través del espejo he visto a esta criatura sobre mi cabeza.
Es más grande que mi pulgar el angelito. Y mi pulgar es bastante grande.
Y atención, porque al ampliar la foto he visto que lleva a toda su futura familia encima.
La he metido en un bote de cristal y luego iré a soltarla en alguna cueva de la zona.
Así podré usar el baño sin que me dé un puto infarto.
Y cuando llegué el verano nos quitará de encima unos cuantos mosquitos.