El patriarca de la numerosa familia clama con lamento “estamos en un limbo, ¡ahora mismo no somos naide!”.
Esta familia, de nacionalidad desconocida y etnia totalmente irrelevante, está desesperada. Hace ya cuatro meses que, a causa de una pequeña reyerta, salieron en diarios de tirada nacional, diarios que los despojaron de cualquier símbolo identitario. Desde entonces, la familia ha intentado recuperar su identidad desde diversas vías administrativas, una recuperación que les ha sido imposible.
“Nos presentamos a un concurso de ópera sin saber ni alemán ni italiano ni nada y hasta nos dieron el primer premio”, declaró el Richar, una persona binaria, no-mujer, de 34 años, que está indignada con el trato igualitario que están sufriendo desde todas las instituciones y medios de prensa.
Desde el Ministerio de Igualdad se les ha prohibido el acceso a tablaos flamencos para evitar levantar sospechas sobre su identidad “inexistente” y hacerlos totalmente iguales a los demás.
Por su parte, el Comité de Comunicación Clara (CCC) se ha declarado “ajena y ajeno” a cualquier escándalo periodístico, que “pudiere, o no” ser perpetrado por parte de “alguien o algo, de algún sitio o de algún momento”, palabras tajantes y claras que han caído como un jarro de agua fría entre la AOT (Asociación de Ofendidos por Todo), que han declarado que “no se puede presuponer que alguien o algo haya hecho tal cosa, porque da a entender que los negros asiáticos gays mudos amos de casa no son capaces de hacer nada, cuando ni son menos que algo ni menos que alguien en ningún momento o en ningún sitio”.