Me salgo de mi tónica habitual de artículos jurídicos. No falta mucho para el próximo, lo prometo, y cuando tenga un poco menos de trabajo volveré a la carga. Pero los abogados de despacho aprovechamos lo inhábil de agosto para ir cargando armas y entrar el uno de septiembre con fuego coordinado.
Sin embargo, quiero plantear algo rápido de escribir pero que resulta divertido debatir por la complejidad que traen. Me interesa ver la forma de razonamiento que subyace detrás de repulsiones o atracciones innatas y cómo intentamos racionalizarlo. Son situaciones que, en ocasiones, la lógica nos da una respuesta y las emociones otras. Los casos de los que hablo me causan repulsa en particular, pero me resulta muy difícil racionalizar ese asco.
Resulta un ejercicio curioso para ver qué relación creemos que debe tener la ley con la moral y con la lógica y la interrelación entre estas tres.
Have fun.
1- Dos hermanos, del sexo que sea, mayores de edad, estériles y en pleno uso de sus facultades mentales, deciden tener sexo frecuente.
2- Dos amigos, uno de los cuales se va a morir de muerte natural y sabe que el otro siempre ha tenido impulsos caníbales. Así que le da su permiso a probar su carne cuando se muera. En efecto, cuando fallece (de causas naturales) el otro amigo corta una loncha de carne de su cuerpo, la cocina de forma apropiada para eliminar cualquier patógeno y se la come.
Divido además estos dos supuestos en dos partes:
1- ¿Están bien o mal estos dos actos? ¿Por qué?
2- ¿Deberían ser legales estos dos actos? ¿Deberían ser delito?