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Corte genital y el problema de la medicalización de la moralidad [ENG]
En esta nota Brian D. Earp aborda el juicio sobre mutilación genital femenina (MGF) en EE.UU. El procedimiento que aquí se juzga es pinchar con un alfiler el prepucio (campana) del clítoris hasta conseguir una gota de sangre. La defensa en el juicio ya ha señalado que argumentará que esta intervención no debe contar como mutilación. De hecho, es una práctica menos invasiva que la circuncisión masculina que se realiza en EE.UU. sin problemas legales.
Earp compara el corte genital realizado a niños y niñas y sugiere que el nivel del daño no debe agotar las implicaciones 'éticas' de este tipo de práctica.
Se suele decir que la circuncisión femenina -a diferencia de la masculina- "no tiene beneficios para la salud". Sea cierto esto o no, Earp destaca que «si los activistas contra la MGF y organizaciones tales como la OMS continúan jugando la carta de “no tiene beneficios para la salud” como una manera de desviar las comparaciones con la circuncisión masculina, no pasará mucho tiempo antes de que sus partidarios capacitados médicamente para su práctica en otros países comiencen a hacer las investigaciones necesarias».
Earp compara el corte genital realizado a niños y niñas y sugiere que el nivel del daño no debe agotar las implicaciones 'éticas' de este tipo de práctica.
Se suele decir que la circuncisión femenina -a diferencia de la masculina- "no tiene beneficios para la salud". Sea cierto esto o no, Earp destaca que «si los activistas contra la MGF y organizaciones tales como la OMS continúan jugando la carta de “no tiene beneficios para la salud” como una manera de desviar las comparaciones con la circuncisión masculina, no pasará mucho tiempo antes de que sus partidarios capacitados médicamente para su práctica en otros países comiencen a hacer las investigaciones necesarias».
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