En 2004, en Rafah, al sur de Gaza, un comandante del ejército sionista disparó 15 veces y descargó todo el cargador de su rifle automático contra Iman Darweesh Al Hams, una niña palestina de 13 años. El sionista siguió disparando al cadaver de la niña, incluso cuando ya estaba totalmente muerta en el suelo.