Ingredientes:
Heroína en los 80.
Farlopa.
Salones de juego.
Fútbol.
Ruta del bakalao.
Facebook.
Instagram.
Twitter.
Medios de comunicación que cotizan en bolsa.
Periodistas que transgreden el derecho a la información.
Filosofía fuera del bachillerato.
Religión en la escuela.
Publicidad comercial por doquier.
Bulos que te pasa tu cuñado por Whatsapp.
Influencers.
Corrupción en universidades.
Magufismos.
Políticos que te dicen que las vacaciones son voluntarias.
Trabajadores que no se leen su propio convenio porque están ocupados con todo lo anterior.
Cogemos todos estos ingredientes, los metemos en la picadora… un, dos, tres… y ya tenemos el caldo de cultivo para la no-revolución.
Que aproveche.