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Limitarse a un objetivo fijo, una decisión ilógica
Con un objetivo fijo no vas a tener más remedio que currarte la escena hasta que consigas encajar en un encuadre que no puede cambiar de tamaño lo que estás viendo con tus ojos. Vas a tener que acercarte para llenar el marco o alejarte para meter cosas dentro de él, tendrás que cambiar tu punto de vista para que aquello del fondo acompañe al protagonista de la imagen, moverás tus pies sin parar, te agacharás o te pondrás de puntillas… Eso sin duda te va a volver loco al principio, pero al final acabarás disfrutando mucho. Sólo tienes que sopor
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