En España, LaLiga ha roto el metafórico libro de reglas de etiqueta sobre el bloqueo de sitios web y, en su lugar, ha retado a Cloudflare a una pelea pública a puñetazos. Al admitir el pasado fin de semana que bloqueó deliberadamente Cloudflare para bloquear una página web gestionada por una aplicación de piratería y, por extensión, muchos sitios web inocentes e innumerables usuarios de Internet, LaLiga asumió públicamente sus acciones y navegó en aguas desconocidas.