Como vemos, la antropofagia nos ha acompañado incluso desde antes de existir como especie y, de una forma u otra, lo sigue haciendo. Bien como mito o bien como realidad en algunos oscuros rituales que todavía persisten en lejanos rincones de nuestro planeta. Y, todo ello pese a que, según dicen los expertos, el cuerpo humano no es para nada nutritivo en comparación con la carne de otros animales.