Y ahora resulta que los de Junts han votado que no a la Ley de Amnistía porque, en su opinión, dejaba demasiados agujeros para que al final le acabasen echando mano a Puigdemont. Pues bueno. La ley regresará a la comisión jurídica y se votará otra vez en un mes, aproximadamente.
Hay quien cree que el PSOE podría hacer más concesiones para que Junts apruebe la ley, pero eso ya lo podían haber hecho ayer, votando a favor las enmiendas propuestas por los nacionalistas catalanes. Y no lo hicieron. Puede que se estén dando tiempo y acaben cediendo más, pero no lo creo.
Así las cosas, hay quien cree que la legislatura está acabada, porque sin los 7 votos de Junts, Sánchez no puede aprobar nada. Pero no es así, en absoluto, al menos en mi opinión.
Una vez superada la votación de investidura, para forzar la marcha de Sánchez habría que ganarle una moción de censura, y mucho me temo que Junts no puede pagar tampocio el precio de votar esa moción junto al PP y VOX.
Y si no se vota la moción de censura, los presupuestos pueden prorrogarse aún un par de veces, hasta bien entrado 2026. Hay más leyes aparte de los presupuesto, pero también más modos de aprobarlas. Se pueden sacar decretos y luego validarlos por separado o en conjunto, y ahí puede mezclar churras con merinas el Gobierno del PSOE de modo que, recharzar el conjunto, pueda ser terriblemente dañino para Cataluña y para cualquier partido catalán que las rechace.
En esa opción de validar los decretos por separado o en conjunto es donde entra el demonio de los detalles. ¿Y qué hace Junts? ¿Rechazarlo todo? Eso es un pasaporte hacia la autodestrucción y el PSOE lo sabe.
No, no parece que se haya terminado la legislatura. No parece, a partir de este punto, que a Sánchez le puedan sacar a la fuerza más de lo que por sus cálculos y voluntad política quiera dar.