Introducción
A petición del usuario Kmon, voy a intentar convertir un comentario que realicé (aprovechando otro comentario) a otro usuario en un artículo un poco más extenso en el que explico por qué, a mi parecer, Israel está perdiendo la guerra. Voy a dividir el tema en varias partes:
1. ¿Qué es ganar una guerra? Porque me parece que no todo el mundo tiene claro cómo funciona esto y se centran, únicamente, en una comparativa de bajas y destrucción. Las victorias pírricas también existen.
2. Los objetivos de Hamás para esta batalla. Se basan en mi conjetura, porque no encuentro que los hayan declarado de forma oficial. Su objetivo principal, que sí está declarado, no esperan lograrlo en este enfrentamiento. Hamás ve el conflicto como algo más a largo plazo, no me cabe la menor duda.
3. Los objetivos de Israel y por qué Israel está perdiendo este conflicto. Porque la gente tiene una imagen de Israel un tanto equivocada, como de un país invicto, lo que, técnicamente, no es cierto.
4. Las otras derrotas de Israel, el temor a Hezbollah. Porque las posibilidades de una escalada son reales, y probablemente se den como una huída hacia adelante por parte de Netanyahu. Pero la verdad es que Hezbollah ya expulsó una vez a Israel del Líbano, y ahora les ha expulsado del norte de Palestina.
5. Sobre las fuentes. ¿De dónde saco estas ideas? Es importante tratar las fuentes, que en este caso son artículos periodísticos. Ya adelanto que la mayoría de fuentes no son, precisamente, propalestinas, gran parte de la información la extraigo de medios abiertamente sionistas.
¿Qué es ganar una guerra?Seguramente algunos de vosotros pensáis que es absolutamente innecesario explicar algo que parece tan sencillo como la idea de “ganar”. Pero, la verdad sea dicha, veo muchos comentarios en los que se confunde mucho la idea de ganar con la de causar más daño. La realidad es que la correlación de fuerzas es absolutamente desproporcionada, prueba de ello es que la guerra se lucha en la Franja de Gaza y no en la Palestina Ocupada; el número de bajas y la destrucción de infraestructura también son una buena muestra de esa desproporción. Pero nada de eso es sinónimo de que el bando que más daño infringe esté ganando, porque a la hora de analizar quién gana lo importante no es el nivel de destrucción causado, sino los objetivos alcanzados.
Me explico, cuando analizamos las consecuencias de un conflicto, sobre todo en el corto y en el largo plazo, los daños infringidos por cada bando son un dato de vital importancia. No obstante, un bando se erige en vencedor cuando alcanza los objetivos políticos que se ha marcado. Por ejemplo, en la Guerra del Vietnam, USA causó más de dos millones de bajas (entre militares y civiles), y arrasó por completo el país, especialmente Vietnam del Norte; entre ellos y sus aliados sufrieron alrededor de 330 mil muertos; no cuento heridos de ambos bandos. Sin embargo, Vietnam del Norte y el Vietcong, alcanzaron su objetivo de reunificar el país bajo un régimen socialista. Ganaron. La pirotécnia vende mucho, pero los resultados se ven en el medio y largo plazo.
Para entender por qué Israel no está ganando la guerra, debemos analizar los objetivos políticos marcados de cada bando. Evidentemente, ambos bandos tienen un objetivo, que a grandes rasgos es el mismo: del río al mar, un estado para los suyos. Israel quiere la desaparición de Palestina y de los palestinos; Hamás quiere la desaparición de Israel. No vamos a entrar en los detalles y diferencias, que las hay y bastantes más de lo que parece, porque no son el objeto de este artículo.
Los objetivos de HamásNinguno de los dos bandos se ha marcado como objetivo, en el conflicto actual (en el corto plazo), eliminar por completo al otro. Lo que no quiere decir que, si se da la ocasión, no lo hagan. Pero son realistas: no pueden. Así que para esta batalla (porque esto, a fin de cuentas, es una batalla más de una guerra muy larga), tienen unos objetivos específicos que cumplir. A bote pronto, no he logrado encontrar los objetivos que se ha marcado Hamás, creo que no los han hecho oficiales (si alguien los sabe con certeza, y tiene fuente, que lo diga en los comentarios). Pero puedo deducir cuáles son, y en mi opinión, son los siguientes:
1. Sobrevivir al conflicto para continuar la lucha. Ellos saben que no van a lograr la destrucción de Israel de la noche a la mañana, esta es solo una batalla más, y para alcanzar su victoria final (planteada a muy largo plazo, como hicieron los vietnamitas), necesitan sobrevivir al actual enfrentamiento. Y todo apunta, a tenor de los datos, que así será. Algunos artículos que he leído señalaban que, al comenzar el conflicto, Hamás contaba con unos 30.000 milicianos, otros hablan de 50.000. Se estima que hay 37.000 bajas, la mayoría son mujeres y niños; algunos artículos que he leído citan un 70%, link a un envío de menéame de eldiario.es), lo que reduce a menos de 10.000 hombres. Pero esos 10.000 hombres no serán todos milicianos de Hamás, los indiscriminados bombardeos israelíes se han llevado por delante a más civiles que otra cosa. Por mucho que Israel afirme que han matado a más de 13.000 milicianos (link a Reuters), la verdad es que probablemente la cifra sea mucho menor.
2. Convertirse en la fuerza hegemónica en Palestina. La lucha armada requiere de apoyo popular. Hamás ha ido incrementando sus apoyos desde que existió. Se encuentra actualmente en clara inferioridad con respecto al ejército israelí, pero ha demostrado que aún cuenta con capacidad de respuesta. La desesperada situación de los palestinos de Gaza, sumada al acoso que sufren los palestinos de Cirsjordania por parte de los colonos, convertirán a Hamás en hegemónico al ser la única organización capaz de plantar cara. De hecho, ya empiezan a cosechar los resultados de su feroz resistencia en apoyo popular, según las últimas encuestas (link a un envío de menéame de eldiario.es). Esto no es algo menor, dado que la centralización de la lucha en una única organización permitirá a esta disponer de más recursos para la lucha. Es un poco como la Guerra de los Cien años, mientras los franceses estuvieron divididos, Inglaterra era invencible. Cuando se centralizó el poder, Francia los expulsó de un plumazo. Una de las principales estrategias utilizadas por los conquistadores es la de “divide y vencerás”, de ahí que la hegemonía en Palestina sea uno de los posibles objetivos de Hamás.
3. Infligir el máximo daño a Israel. No se trata de un daño físico en forma de bajas o daños materiales, algo que, ahora mismo, está lejos del alcance de Hamás. Es otro tipo de daño, que otro usuario, Disiento, resumió muy bien en respuesta al comentario que da origen a este artículo:
a. Daño en la imagen internacional de Israel. Podemos verlo reflejado en la ruptura de los pactos de Abraham, en el reconocimiento por parte de países occidentales de Palestina, en la denuncia ante el tribunal internacional. Las masivas protestas en Estados Unidos y otros países son otro ejemplo de cómo la imagen de Israel, y su relato, se resquebrajan. Creo que no es necesario linkar a nada aquí, tenéis cientos de noticias en menéame, muchas llegaron a portada, pero os pongo este que resume bastante el riesgo de convertirse en un estado paria: link a univision.
b. Daño en la actividad económica, empezando por el turismo, la mala imagen del país, el boicot, la falta de inversión, la falta de mano de obra barata (detenida y aislada en Cisjordania y Gaza), la mano de obra cualificada (empleada ahora en el ejército), la mano de obra experta (doctores e ingenieros que huyen de Israel). Os paso tres links: DW (link), BBC (link) y JP (link). Los tres muestran un cierto optimismo en la recuperación, pero los tres (incluyendo el del Jerusalem Post), admiten el impacto del conflicto en la economía, y la recesión de esta. Según JP, puede llevar años recuperarse y con tremendos esfuerzos. Y cuanto más se alargue el conflicto, mayor será el daño.
c. Esto no lo dijo Disiento en su comentario, pero lo añado yo. Todo esto también ayuda a tensionar internamente a Israel, pues la situación previa al conflicto ya era mala, y tal como avanzan las cosas, no parece ir a mejor. Lo dicen expertos del gobierno israelí, no yo (Link a menéame a un artículo de The Craddle sobre las tensiones sociales internas de Israel).
Estos serían los tres objetivos de Hamás en corto plazo, es decir, para este conflicto. Y los está alcanzando. Efectivamente, el objetivo final de Hamás es acabar con el estado de Israel, pero eso ya es otra historia que, sin duda, se plantean a largo plazo.
Los objetivos de Israel y por qué Israel está perdiendo este conflictoVale, pero, ¿qué hay de los objetivos de Israel? Israel sí hizo oficiales sus objetivos. Es cierto que mucha gente habla de que el objetivo es un genocidio. Bueno, ese es su objetivo a largo plazo: expulsar a los palestinos, si es necesario, eliminándolos, y destruir el grupo nacional palestino para quedarse con el territorio para ellos. Pero Israel depende de la mano de obra semiesclava palestina, así que no pueden eliminar dos millones de personas sin más. Para esta intervención militar marcaron estos objetivos (link):
1. Liberar a los rehenes. En los ocho meses de duración de la intervención, casi todos los rehenes liberados han sido fruto de negociaciones. Sólo 4 han sido liberados por una operación salvaje en la que murieron decenas de civiles palestinos y, de paso, se llevaron por delante un par de rehenes propios (mermando un poco más la imagen de las IDF).
2. Destruir Hamás. Están lejos de alcanzarlo, como ya he señalado en el primer objetivo de Hamás, el de sobrevivir, todo apunta a que las Brigadas Al-Qasam aún son operativas y tienen capacidad de respuesta después de ocho meses de combate con todo en su contra (incluso inferioridad numérica y tecnológica).
3. Controlar la Franja de Gaza. No parece que lo estén logrando, un general del Pentágono (link) dijo, al respecto (tiro de traductor):
“En las semanas posteriores al ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, el ejército israelí lanzó una incursión terrestre en el norte de Gaza para erradicar a los combatientes de Hamás. Después de semanas de duros combates, Israel dijo que había ganado la lucha en el norte del enclave y retiró a todas menos un puñado de tropas.
Desde entonces, los combatientes de Hamás han regresado a zonas del norte de Gaza, lo que ha obligado a Israel a intentar recuperar el terreno que ya había ganado. Los renovados enfrentamientos han puesto en duda cuánto durarán los combates en Gaza y si el objetivo del gobierno israelí de erradicar a Hamas es alcanzable.”
Mark Lavie en The Jerusalem Posrt (link), se plantea que la derrota en Gaza no significará el fin de Israel. Es algo que yo también afirmo en este artículo, y que diría que Hamás (o Irán) también considera. Pero es un primer paso, significativo, de un cambio de ciclo. El artículo pretende minimizar los daños, pero cuando uno lo lee se percata de que el temor a la derrota es palpable. Está ahí. Y en esa misma línea tenemos otros artículos, como el de Brian Blum, también en The Jerusalem Post (link) que viene a señalar la necesidad de Arabia Saudí para salvaguardar la seguridad israelí. El subtítulo es muy significativo, dice (traduzco): “La victoria total en la franja no existe. Israel necesita alcanzar algo con el fin de salvar la cara”. Es especialmente significativo porque el ataque del 7 de octubre evitó, precisamente, que Arabia Saudí firmase los acuerdos de Abraham.
Como concusión, podemos afirmar que Israel está perdiendo esta guerra. El nivel de destrucción es apabullante, las bajas son mayoritariamente palestinas, pero Israel tiene un problema: la fuerte dependencia exterior. Su gobierno no va a aguantar eternamente, ya vemos indicios de ruptura.
Israel no es capaz de ganar guerras largas: todo su ejército y estrategia está planteado para causar el máximo daño en el menor tiempo posible. Y esa es la trampa que le ha puesto Hamás, la desesperada situación palestina, y la alternativa a la lucha, que es morir y perderlo todo, hace que los palestinos, que llevan más de 70 años de resistencia, probablemente (y porque no les queda otro remedio), puedan aguantar el pulso. No quiero repetir links, pero arriba tenéis los efectos de la guerra en la economía Israelí, y los efectos de la movilización.
A Israel le pasa lo mismo que al Imperio Otomano, que cuando se les enquistaba un asedio y duraba más de un mes o dos, lo acababan perdiendo casi siempre. Y eso se debe, como le sucedía a los Otomanos, a que no disponen de un ejército profesional que pueda llevar a cabo las operaciones sin tener que tirar de la población civil, a la que sacan de sus puestos de trabajo afectando al tejido productivo del país. Cuanto más se alargue el conflicto, más probable es la derrota israelí, sin que esto signifique su destrucción. Es probable que, incluso, sin que lleguen a perder una sola batalla (como los alemanes, invictos en la I GM, pero que perdieron porque no pudieron sostener más el conflicto).
Las otras derrotas de Israel, el temor a HezbollahIsrael ha vendido, durante mucho tiempo, la imagen de ser una potencia invicta. La realidad no es exactamente esa. Si bien es cierto que en sus inicios gozaron de unos notables éxitos en el campo militar (no sin la inestimable ayuda de ciertas e imperialistas potencias), en los tiempos más recientes, ni con toda su tecnología, han alcanzado siempre sus objetivos. La impunidad de la que han gozado hasta ahora, sin embargo, ha ayudado a sostener ese mito. Hablo de cuando Hezbollah expulsó a Israel del Líbano.
Sobre ello nos habla Bob Zeidman en éste artículo del Jerusalem Post (link), que nos indica que Israel no ha ganado ninguna guerra en los últimos 50 años. Es cierto, gana batallas, pero nunca alcanza sus objetivos políticos. De ello nos da cuenta también este artículo de El País (en castellano me salía muro de pago, lo subo en inglés: link), donde afirma que en las dos guerras del Líbano, Israel ganó la batalla, pero no el conflicto. Pero quizá el mejor análisis de cómo Hezbollah logró liberar el Sur del Líbano lo hace este estudiante de Relaciones Internacionales, en este artículo apoyado por amplia bibliografía, si queréis, id directamente a las conclusiones: (link).
En este envío a The Craddle, en un artículo de Tom Woolmore no solo nos repite la derrota ya sufrida por Israel contra Hezbollah, sino que analiza los enormes riesgos de una nueva incursión. Especialmente en cómo Hezbollah ha logrado mejorar su implantación en el terreno, sus tropas cuentan con amplia experiencia de combate real (no de tareas de opresión policial como las tropas israelíes), en la guerra civil Siria, cuando apoyaron a Al-Asad, también su mayor apoyo popular, etc. (link).
De hecho, el embajador de Palestina ya hablaba de que la guerra iba a ser larga porque lo que está en juego es la supremacía israelí y sus mitos (link). Y es que los ataques de los Huties (link; link; link) cortando el canal, contra los que Israel, ni sus aliados, están siendo capaces de hacer nada; los ataques de Hezbollah en el norte, que han vaciado la región por completo (link), la respuesta Iraní contra Israel, que si buen fue suave, es significativa por su simbolismo, y por demostrar que Israel no puede defenderse solo, ni a largo plazo, de un ataque como aquél; así como el ataque del 7 de octubre, y los posteriores lanzamientos de cohetes desde Gaza por parte de Hamás (link), que demuestran que la organización está lejos de ser destruída, ponen en entredicho la invencibilidad israelí.
Sobre las fuentesTodas estas ideas no son fruto de mi imaginación, ni de un premonitorio sueño que tuvo anoche, ni salen de los bajos de mi aparato reproductor. Son fruto del análisis de diferentes fuentes periodísticas, algunas de las cuales se han venido exponiendo a lo largo del artículo, y otras que he leído y no estoy citando (por el tiempo que me llevaría buscarlas y encontrarlas).
El punto importante de estas fuentes es el quién. ¿Quién escribe? No se trata de caer en la típica falacia ad hominem y decir “ah, claro, lo escribe menganito, será mentira”, porque la verdad es la verdad, la diga Agamennón o su porquero. De lo que se trata es de conocer el origen de la información antes de analizarla y extraer unas conclusiones.
La lógica es la siguiente: los medios árabes, y en general los medios musulmanes (recordemos que no todos los árabes son musulmanes, ni todos los musulmanes son árabes), serán casi con certeza más partidarios de Palestina que de Israel. Los medios occidentales oscilan, existen una mayoría que son más proisraelíes, y una minoría más pro palestina, aunque depende un poco del país puede estar más o menos equilibrado, o tener más ventaja uno que otro. Los medios israelíes son, casi con certeza, partidarios de Israel, cuando no sionistas directamente.
Dentro de este esquema resulta razonable pensar que los medios propalestinos magnificarán la capacidad de resistencia del pueblo palestino, reducirán los éxitos de Israel, y atacarán a Israel en todo lo posible. Evidentemente, en los medios sionistas o proisraelíes, sucederá lo opuesto. De ahí que, por ejemplo, un artículo de opinión como los dos siguientes, en los que se habla abiertamente de derrota en medios sionistas sean tan significativos.
Lo que quiero decir es que, evidentemente, me puedo equivocar. Pero trato de beber de fuentes variadas, y en este caso, me ha basado en fuentes occidentales e israelíes porque si de ellas puedo extraer estas conclusiones, que son contrarias a los intereses de sus líneas editoriales, mi discurso y mi análisis se ven reforzados por una mayor objetividad.
OTROS
Si queréis leer más mierda mía, podéis entreteneros con los artículos sobre el origen de este conflicto:
- El Sionismo, esa ideología mágica: www.meneame.net/story/sionismo-esa-ideologia-magica
- 1890-1948, la colonización de Palestina: www.meneame.net/story/1890-1948-colonizacion-palestina
Tengo más artículos de otros temas, como “La Guerra Civil de los Estados Unidos” o “La Armada Romana”, que podéis encontrar en mi perfil, en la sección de artículos. Porque sí, utilizo Menéame como mi blog personal, así nadie me puede acusar de SPAM 😉.