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Golpes de calor, ahogamientos y descargas eléctricas: los toros sufren un verano más la barbarie de las fiestas patronales
Un año más, la diversión de innumerables festejos estivales ha tenido lugar a costa de astados muertos, arrastrados hasta la extenuación o alcaldes que amedrentan a activistas en redes sociales. Contabilizar todos los casos de tortura animal es "prácticamente imposible", sentencia Yolanda Morales. "Es difícil porque solo nos enteramos de aquellos en los que, casualmente, hay alguien contrario al maltrato animal que lo denuncia o se atreve a hacerlo", explica Zaldívar a este medio.
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Es una aberración lo que les hacen, un sufrimiento innecesario y brutal.
Estoy seguro de que en unos siglos (si no nos hemos extinguido) nos mirarán como a unos inhumanos sin compasión por esto de los toros.
Para mí como español me avergüenza.