Me gusta compartir esta reflexión tras escuchar a un político de Singapur hablar sobre los retos a los que nos enfrentamos. Si queréis ver el vídeo, que me ha parecido extremadamente interesante, es este, pero está sólo en inglés. www.youtube.com/watch?v=gb6kTJWRTL8
Me sorprende por lo crudo del mensaje a la población. No hay apenas paños calientes, la realidad es dura y hay que enfrentarla. Me sorprende aún más por el contraste con el mensaje de los políticos occidentales, tratando de decir que el mundo volverá a ser lo que era en cuanto tengamos una vacuna. Singapur, además, está en grave riesgo si realmente las megaurbes están acabadas (recordando la portada de ayer sobre NYC). En USA te puedes ir a vivir a Florida y el país sigue haciendo dinero. El equivalente en Singapur sería irse a otro país vecino a trabajar para la oficina de Singapur, con lo que el país perdería los ingresos
Los puntos que resalta el vídeo, son los siguientes:
- COVID-19 Ha impactado a nuestras vidas, agravando los problemas globales. La gente se ha ido al paro, y más gente se irá a paro en los próximos meses. Muchos negocios han cerrado y muchos otros lo están pasando mal. Hasta aquí, un poco capitán obvio.
- No se puede salvar a cada puesto de trabajo y a cada negocio, pero se tratará de cuidar a los locales.
- La competición y tensión entre las principales potencias mundiales ha traspasado a la política y afecta al comercio, la tecnología y la seguridad. Hacer negocios globales es más complicado que nunca.
- Las compañías globales están reorganizando su producción y sus cadenas de suministro, revisando la necesidad de tener cuarteles generales regionales y repensando donde sus colocan sus fábricas. Muchas están cambiando su enfoque. Se ha pasado de enfocarse en la eficiencia "just in time" a la resiliencia "por si acaso".
- El trabajo ha cambiado, y aunque el teletrabajo trae oportunidades, también riesgos de deslocalización.
- La crisis va a traer envidias y aumentar las tensiones, no sólo con los emigrantes si no entre ricos y pobres en el mismo país.
- El mundo está cambiando a una velocidad sin precedentes, y cambiando sobre los cambios. Hay que subirse a este cambio y adoptarlo. Es una situación que cambia sin parar.
Al final, la reflexión es que el coronavirus ha cambiado al mundo, veremos si para bien o para mal. El virus ha dado el espaldarazo al teletrabajo y ello conlleva muchos riesgos para muchas economías. Las tensiones que va a crear en la sociedad van a ser enormes y ello puede dar el espaldarazo definitivo a los populismos más radicales. Muchas industrias caerán y no volverán o si vuelven no será lo mismo. Acojona, la verdad, pero hay que enfrentarse a todo esto sin miedo y tratando de adaptarse a los cambios de la mejor forma posible.