Sin duda, el Hoffmann es uno de los vehículos más extraños jamás fabricados. Su diseño no se parece a nada, tanto que no se puede comparar. A pesar de tener un montón de rarezas, como puertas suicidas, un patrón de cambio lineal, dirección en las ruedas traseras y un motor refrigerado por aire colocado en la parte trasera, el Hoffmann se sobrecalentaba con frecuencia porque no había suficiente flujo de aire, especialmente cuando el motor estaba al ralentí...".
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