La gente sabe que las redes sociales no son lo mejor y pueden dañar la salud mental. Esta creencia se ha generalizado tanto que se considera de sentido común. Si todos coincidimos en que son malas, ¿por qué no prohibirlas? Hoy exploraremos esta pregunta. Primero, analizaremos la diferencia entre la imagen que venden las plataformas y la realidad. Luego, discutiremos las implicaciones de prohibirlas y finalmente, qué se está haciendo para ofrecer aquello que se suponía que las redes sociales iban a proveer.
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