Pérdida de poder adquisitivo generalizada. Su traslación al Convenio TIC

A falta de unos días para finalizar 2021 sabemos que este año se producirá el dato de inflación más alto de los últimos 29, que llegará a estar en torno al 6%. Por contra, el ascenso de los sueldos pactados en convenio para este mismo año ha sido del 1,55%. Esto significa que los trabajadores perderemos en torno al 4,45% de poder adquisitivo, es decir, veremos empobrecer el sueldo en esa proporción, lo que supone la mayor rebaja salarial generalizada en lo que va de siglo. Una rebaja que básicamente es una transferencia de riqueza desde los trabajadores hacia los empresarios, que sí verán incrementarse sus ingresos derivados del alza de precios.

Para llegar a tal situación, ha sido imprescindible la traición de los sindicatos amarillos del régimen (CCOO y UGT), con su concurso en la firma de convenios colectivos con cláusulas de revisiones salariales desligadas del IPC. Una política previamente planificada junto con la patronal, recogida en el Acuerdo para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC) para el periodo 2018-2020, documento consensuado como base para la negociación colectiva. En el mismo se planteaban, entre otras traiciones, subidas salariales en torno al 2%, que como vemos, en la práctica no ha llegado ni a alcanzarse.

Es ahora con la inflación disparada cuando vemos las consecuencias de la traición, urdida a fuego lento, planificada con años de antelación, generando efectos en diferido para así no levantar la voz de alarma entre los trabajadores y que no genere la repulsa y el odio que se merecen por vendernos a cambio de privilegios y subvenciones millonarias, que van ha ser duplicadas por el gobierno más progresista de la historia entre este año y el siguiente.

Ahora, una vez que las consecuencias de la traición se hacen visibles con el grave deterioro del poder adquisitivo, los sindicatos culpables de la situación salen a blanquear su miserable actuación con anuncios de movilizaciones para diciembre, con la reivindicación fingida de aumentar salarios ante la escalada de precios, y con el fin de ocultar su complicidad en el crimen. Y lo hacen justo tras haber quedado en evidencia con su implicación en dinamitar la huelga del metal en la provincia de Cádiz, donde han jugado el papel de reventar una huelga con un fuerte y decidido seguimiento por parte de los trabajadores y mediático, que estaba recabando el apoyo popular de toda la población, que empezaba a despertar la solidaridad en otras partes del territorio, así como la organización obrera, recibiendo el apoyo de cajas de resistencia, y que amenazaba con extenderse a otros conflictos, territorios y sectores igualmente precarizados. Una posibilidad que la patronal ha atajado a tiempo antes de que se generalizase, para lo cual ha utilizado de ariete a sus sindicatos a sueldo.

El fuerte empuje de los trabajadores en ésta movilización ha obligado al Estado a emplearse a fondo, sacando su arsenal militar, sin que por ello hayan podido reducir a los huelguistas. Sin embargo, los sindicatos del régimen, lejos de aprovechar la movilización para arrancar a la patronal la más que razonable reivindicación de no perder poder adquisitivo, han firmado un preacuerdo con ridículas subidas del 2%, más la actualización al 80% de la diferencia con el IPC, a pagar dentro de 3 años, excluyendo además a los trabajadores eventuales (el 70% del sector). Una maniobra destinada a vender a los trabajadores, desmovilizarlos dividiéndolos, donde además los delegados sindicales de estas centrales han maniobrado chantajeando a los trabajadores para que abandonasen la huelga si querían votar el preacuerdo, así como falseado el resultado de las votaciones donde los trabajadores lo rechazaban. Igualmente repugnante ha sido la firma por parte de estos sindicatos del convenio del metal de la provincia de Sevilla, en plena huelga del metal de Cádiz, socavando la fuerza de la unidad.

La manida excusa de éstos sindicatos de que llegan a malos acuerdos porque los trabajadores no se movilizan queda completamente desmontada, tras ver cómo son éstos sindicatos los instigadores de la desmovilización, la desunión y la desideologización de los trabajadores con el fin de maniatarlos para impedir su defensa y desactivar cualquier resistencia ante los abusos de la patronal, garantizándoles así su impunidad.

En el sentido opuesto, hemos visto recientemente ejemplos positivos de lucha decidida y exitosa, como las acaecidas con las huelgas de maquinistas de trenes, o las de los compañeros de Tubacex, que desmienten la excusa. Luchas donde evidentemente los sindicatos amarillos están ausentes, pues han sido repudiados por los trabajadores que se han organizado al margen de ellos, y que nos marcan el camino al resto de trabajadores, que es el camino de la organización y la lucha.

No obstante, podemos encuadrar ésta política de precariedad salarial al nivel del Estado, donde no sólo se encuentran implicados los sindicatos y la patronal que asiste como invitado amistoso a los congresos sindicales, sino que es el propio gobierno el que riega abundantemente con dinero público a esos sindicatos, que también privilegian decretando leyes para otorgarles en exclusiva poder de negociación en ámbitos en los que no están legitimados por tener una afiliación minoritaria entre los trabajadores, y sin haber sido elegidos por éstos, como en los convenios colectivos sectoriales y en la reciente reforma sobre Planes de Igualdad, o la exclusividad que les otorga la ley LOLs para convocar elecciones sindicales en centros sin representantes, que le confiere una indiscutible ventaja sobre el resto de sindicatos y trabajadores, saltándose el principio de igualdad ante la ley.

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi durante su intervención en el XII Congreso de CCOO

La alineación del Estado en esta estrategia de la patronal de aprovechar la inflación para empobrecer a la mayoría de la población queda patente también en los incrementos salariales decretados por el gobierno más progresista de la historia, tanto en las pensiones con un 3% de media como en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), 1,6% , que claramente quedan muy por debajo de la inflación.

Sector TIC

En este escenario donde la patronal va a recibir una lluvia de millones procedentes de los fondos europeos, con una parte importante destinada al sector TIC para la Transformación Digital de empresas, vemos que CCOO y UGT están siendo regados con parte de esos fondos desde el gobierno. El propósito no es otro sino el de facilitar que la mayor parte de la tajada se quede en los empresarios, y que no repercuta en los trabajadores, y para ello es importante la firma de convenios donde consolidar la pérdida de poder adquisitivo y derechos para los trabajadores.

Así, empujados por ésta inyección de capital, es como hemos visto reactivarse a las federaciones del sector TIC de los dos sindicatos implicados en la negociación del Convenio de Consultoría. Primero con comunicados de demostración de firmeza fingida ante la patronal, con golpes y puñetazos en la mesa de negociación, y después pidiendo la firma de un convenio de mínimos cuanto antes, a ser posible durante las vacaciones navideñas, para hacer pasar desapercibida la puñalada que pretenden firmar.

Salarialmente, estamos ante un convenio que caducó en 2019, y por tanto nos dejó congelados el sueldo estos dos últimos años. Todo ello gracias a la pasividad de ambos sindicatos, negándose a presionar la negociación con movilizaciones, como sería lógico para cualquier sindicato que pretendiese defender a los trabajadores, y que da idea de cómo de entregados a la patronal están. Esto no obstante no es ninguna novedad, pues ya la anterior negociación del XVII convenio tardó en renovarse nada menos que 8 años, para hacerlo de la manera más indecente, cediendo a la patronal la pérdida de más del 20% de poder adquisitivo para los trabajadores en dicho periodo, firmando subidas del 0% para los años 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016, y desligando del IPC las subidas del 2017, 2018 y 2019.

En esta ocasión, y dada a la opacidad en la negociación con la que estos sindicatos ocultan sus componendas con la patronal, sólo podemos hacernos una idea del tamaño de la nueva traición que nos viene atendiendo a la plataforma de partida para la negociación del XVIII Convenio que publicó CCOO en noviembre de 2020. Por su redacción, que recoge tal suerte de recortes de derechos, podría decirse que ha sido elaborada por la propia patronal. Pero centrándonos en analizar exclusivamente las tablas salariales que proponen, y comparándolas con el anterior y vigente XVII convenio:

Se puede extraer que:

  • Las subidas continúan desindexadas del IPC, de acuerdo a las políticas predefinidas con la patronal, y para el año 2020 son arbitrarias y diferentes por categorías, yendo desde el 1,5% al 3'7% en las categorías del grupo de Consultoría, desarrollo y sistemas.
  • Sí se aprecian propuestas de incremento salarial superiores en las categorías inferiores de las otras Áreas, pero que se deben a que partían de una situación tan baja, que no hacen sino regularizar categorías que quedaron en el anterior convenio por debajo del SMI.
  • En todas las áreas, la propuesta en la categoría de entrada es de 14.003€ brutos anuales, apenas 550€ por encima del SMI. Para un sector que se supone requiere una elevada cualificación y donde se espera que mueva ingentes cantidades de capital público, es básicamente un crimen.
  • La propuesta de subidas del 3% para los años 2021 y 2022, sigue quedando desligada del IPC, y previsiblemente se queden cortas. No obstante, siendo propuestas de partida, no nos cabe la menor duda que durante la negociación habrán caído al entorno al que está dispuesta la patronal transigir, que por lo observado en el resto de convenios está en el 1,5%, pero que dado el nivel nulo de presión de los trabajadores en el sector, adormecidos por estos sindicatos, quedará por debajo de éste umbral.
  • La perpetuación del sistema de subdivisión en Áreas, Grupos y Niveles, con una definición ambigua de funciones, al que se llegó en el XVII convenio fruto de la misma estrategia planificada con la patronal en el AENC, que mantiene la vía libre a los empresarios para con impunidad:
  • Encuadrar a los trabajadores en categorías inferiores a las tareas que realizan, impidiendo que prosperen las denuncias judiciales dada la ambigüedad establecida.
  • Interponer niveles para eternizar la carrera profesional, manteniendo a los trabajadores en sueldos precarios, ralentizando la subida económica conforme se asciende, necesitándose más ascensos que antes para alcanzar sueldos decentes.
  • Y por último y más grave, permitir el encasillamiento en una área, grupo y nivel con el que los empresarios poder realizar despidos objetivos, argumentando obsolescencia de unas tecnologías, con los que deshacerse de los trabajadores más antiguos al menor coste, y sustituirlo por trabajadores que parten de las categorías más básicas. Es decir un sistema con el que permitir una rotación de personal con el que mantener en la precariedad a todo el sector.

Todo esto que ya se ve venir, por las manifestaciones que han realizado los sindicatos con las que pretenden disfrazar su traición, y que parece ya inminente, no es más que la reedición de una actuación indecente que no debe sorprendernos, y que es la que llevan poniendo en práctica en los XVII convenios anteriores. Una forma de proceder donde se elimina la presión y la lucha de los trabajadores para conseguir mejoras, y que se limita a la negociación del mal menor, es decir retrocesos en derechos, a cambio de prebendas para los negociadores. La misma forma de proceder que tienen en aquellos convenios donde estos sindicatos amarillos meten mano. Lo que nos tiene que llevar a reflexionar a los trabajadores que el haber permitido a estas centrales sindicales corruptas decidir durante más de 40 años nuestras condiciones laborales nos ha llevado a la situación de precariedad en la que nos encontramos, y que de seguir permitiéndoselo, cada vez nuestra situación y la de nuestras familias va a ser más miserable.

Es hora de que los trabajadores tomemos las riendas y desterremos a estos sindicatos y a esos sindicalistas corruptos de las mesas de negociación. Para ello tenemos que dar cada uno de nosotros pasos adelante, para que desde la organización entorno al sindicalismo de clase, protagonizar candidaturas alternativas a los comités de empresa en cada uno de nuestros centros de trabajo, y así sustituir a los delegados de esas centrales corruptas, de forma que nos permita dar un vuelco a las negociaciones, superando en representatividad a dichos sindicatos, y emprender la movilización del conjunto de trabajadores, única forma que tiene la clase trabajadora de presionar para obtener mejoras en sus condiciones laborales, y por tanto de dignificar nuestras vidas.

¡PARA LUCHAR POR UN CONVENIO DIGNO!

¡REPUDIA A LOS TRAIDORES DE CCOO Y UGT!

ALTERNATIVA SINDICAL DE CLASE