[Estación de Zarzaquemada, 24 de Abril de 2019 19:45]
Llego al andén, dejo la mochila en el banco, me siento. Un chaval se sienta a mi lado.
Un hombre mayor se acerca a este chaval, el cual viste una sudadera de Slipknot. Está escuchando música con los cascos...
El viejo le habla... El joven se quita los cascos y pregunta qué ha dicho.
- ¿Qué si es que somos gilipollas? - Le pregunta el viejo.
El chaval no da crédito, yo tampoco. Los dos estamos en frente de él. Parece que para el viejo esto es una situación normal.
- Somos gilipollas- Afirma el viejo.
Aquí ya nadie entiende nada. Yo miro para otro lado en busca del tren.
- Los de arriba son muy listos ¿No? O nosotros muy cenutrios. Bueno no son listos, eso creen... ¡Qué coño si son listos, mira cómo vivimos...!
Agradecidos de saber de qué hostias habla, los dos asentimos. Cabizbajos... quizás yo más que mi colega de banco...
Slipknot se termina de liar el cigarro y se dispone a encendérselo.
- Cuidado. Hay un guardia ahí, no te lo enciendas- Le dice el señor. Con tal confianza y buenas intenciones, que me empieza a caer bien.
- No me dejan fumar en la obra, me la suda, que diga lo que quiera.
Hace un día de perros, llueve a cántaros, tiene que haber sido un día para disfrutar en la obra...
- Yo tengo mi chaleco amarillo. Qué hacemos qué no nos lo ponemos. ¿Hay chalecos amarillos en este país?- Pregunta the old man, esta vez mirándome a mí, en busca de respuesta...
Se produce un silencio... Hasta que decido debutar en la conversación.
- Los hay, pero no los usamos como deberíamos...
Sonrío. Sonreímos. El tren llega. Nos dispersamos y volvemos a la rutina, cada uno en un vagón distinto…
"¿Y ya está? ¿Esto no tiene repercusión? ¿Ha pasado de verdad? Quién sabe..."