Con algunas de esas imágenes he sentido una gran vergüenza ajena. Me ha parecido indignante que esos mismos miembros del gobierno de la derecha que reverenciaban, rodillas flexionadas, a sus “majestades” con la más sumisa pleitesía son los mismos que están despreciando, sometiendo, ignorando, aplastando y empobreciendo hasta límites intolerables a la sociedad española. Sin embargo, sólo hubo una excepción; fueron los reyes los que hicieron una genuflexión y besaron la mano del arzobispo de Madrid, Rouco Varela.