“durante el transporte se había destacado ya por las palabras de aliento y consuelo, que dirigía a los que les había tocado la misma suerte y le acompañaron en el camión. Rechazó al cura sin encrespamiento y con la máxima educación, le agradeció el gesto pero lo desvió 'hacia estos hombres que quizá lo necesiten, padre, puesto que yo, ni he tenido nunca esas creencias o, si las hubiera tenido, hubieran acabado ahora'”.
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