La siguiente es una leyenda urbana que se cuenta en ocasiones entre técnicos en electrónica. El protagonista de la historia es siempre un músico famoso con un excelente oído. Típicamente un director de orquesta o un tenor aunque yo escuché una versión en la que el protagonista era un guitarrista roquero. La historia es la siguiente:
Un técnico en electrónica es llamado para reparar un amplificador de sonido de un famoso músico. Se desplaza con su furgoneta hasta un barrio muy pijo del norte de Madrid hasta que llega a un chalé que coincide con la dirección.
Llama a la puerta y le atiende el músico que le indica que su amplificador distorsiona y suena muy mal. Le conduce hasta una habitación especial para escuchar música. Se trata de una habitación sin muebles y con las paredes acolchadas para tener una mejor acústica. Incrustado en la pared estaba el equipo de sonido con lo mejor de lo mejor de las mejores marcas. Todo muy profesional, pletina, preamplificador, amplificador, ecualizador, ... cada uno de los dispositivos valía un pastón.
El músico le hace una demostración poniendo música clásica. Sin embargo el técnico en electrónica se queda alucinado con la excelente calidad de sonido. En el tema que estaba escuchando había pasajes en el que la música suena muy débil con flautas y sin embargo lo escuchaba perfectamente bién con nada de ruido y una nitidez increíble.
También había pasajes con mucha fuerza, con tambores y trombones y sin embargo el amplificador no se achicaba y podía con todo y por supuesto con la misma nitidez.
¿Qué es lo que le pasa al amplificador?, parece que está funcionando bién", pregunta el técnico.
Y el músico responde, "¿No lo escucha?, el canal izquierdo tiene una distorsión horrible".
El técnico extrañado porque a él la música le sonaba a música celestial, así que para demostrar que el amplificador funciona bien hace lo siguiente:
- Desconecta los bafles del amplificador y pone en su lugar unas resistencia de 4 ohmios capaces de aguantar 500 vatios,
- Pincha dos sondas del osciloscopio en los bordes de las dos resistencia.
- Inyecta en la entrada del amplificador una señal sinusoidal con ayuda de su generador de funciones.
- Pone el amplificador al máximo y observa atentamente la señal en el osciloscopio.
Efectivamente, tal y como el músico había indicado, la señal procedente del canal izquierdo distorsionaba el pico superior y además tenía un poco de distorsión de cruce. La avería estaba en una resistencias de 1 ohmio que había envejecido y había aumentado un poco su valor.
El técnico se quedó pensando en cómo alguien podía tener tan buen oído como para detectar una avería que requería utilizar un osciloscopio para detectarla y en un "¿Qué pensará este músico de los equipos musicales que tenemos la mayoría de la gente que seguro funcionan peor que al amplificador averiado?"