A los dos días otro niño cayó al río y también fue rescatado por aquel héroe (...) Los rescates eran cada vez más frecuentes, los niños no paraban de caer al río. Llegaron a crear un grupo de vigilancia, aquello ya no parecía normal. Entonces dieron con la clave, cada vez que el perro veía un niño cerca del agua, lo empujaba y lo rescataba. El perro había encontrado una forma fantástica (y probablemente muy divertida) de conseguir los mejores filetes.
Noticia en el NYT:
www.gwern.net/docs/history/1908-newyorktimes-dogafakehero.pdf