La presencia de poblaciones célticas en el sur de la Península Ibérica es un hecho generalmente aceptado desde los inicios de las modernas investigaciones lingüísticas y arqueológicas, si bien su interpretación ha variado notablemente a lo largo del tiempo. En este trabajo se pretende realizar una aproximación historiográfica a esta interesante, pero indudablemente compleja, problemática. A través de un análisis diacrónico se mostrará cómo ha variado la importancia atribuida al elemento celta en la Protohistoria meridional, y cómo en la actualidad éste, si bien no es negado, se encuentra prácticamente ausente de las agendas investigadoras.