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No es lugar para ellas: la llegada de Elena Maseras a la universidad
La universidad fue “cosa de hombres” durante la caudalosa corriente de los siglos. Las mujeres quisimos unirnos a estos centros del conocimiento, pero llegamos a “casa ajena” y, en cierto modo, hostil a nuestra presencia. Cuando resolvimos entrar, lo hicimos a modo de Caballos de Troya, coma la escritora Enheduanna: la primera persona en firmar su obra. Los hombres, hasta hace muy poco tiempo, construyeron en exclusiva el mundo público occidental. Las mujeres han realizado un gran esfuerzo por participar de este mundo del saber y alta cultura
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