Microrelato - Un premio de cine

Bajó de la limusina.

Entró por la puerta lateral a su mansión.

Vio que ya había luz en la casa de las chicas de servicio.

Fue hasta el salón principal.

Colocó el Óscar encima de la chimenea.

De las cientos de notificaciones de su móvil solo se fijó en una, la de su hermano.

“¡Enhorabuena!, ¡lo has conseguido! Ya no habrá dudas de si eres o no buen actor, si tu carrera acabará pronto o tarde, si eres solo una cara bonita. ¡Has entrado en el Olimpo!”

Y era cierto, ya no tendría que preocuparse por si no entraban proyectos. Si le convendría hacer o no, tal o cual papel, si tendría que enseñar más o menos, si es o no demasiado mayor. El camino había sido duro pero … había llegado.

Dejó el móvil, se sentó en cama, y se hizo en alto una pregunta:

“¿Y ahora qué?”