Diario personal de una mascarilla quirúrgica

Día 1.

Estoy super feliz de poder ayudar a proteger a los humanos de los virus durante unas horas, que ganas de enfrentarme al coronavirus y machacarlo, tiene pinta de ser un blandengue. Que ganas de que me saquen de la caja y me usen, así podré tener mi espalda tocando la boca de un humano responsable y previsor.

Día 2.

Sigo en la caja con mis compañeras. ¡Qué me usen ya!

Día 3 por la mañana.

Un señor mayor de unos 60 años me ha cogido, pobre señor, se nota que tiene problemas respiratorios porque no para de fumar y escupir por todas partes, que pena me da. Protegeré su vida con honor y valentía durante unas horas antes de que me tire a la basura.

Día 3 por la tarde.

Ya he pasado mi esperanza de vida de 4 horas, debería estar en la basura pero sigo viva, no me lo creo, hay vida más allá de las 4 horas. Me resulta extraño, pero a la vez excitante, esto me dará más oportunidades de proteger a mi dueño ante el virus,o el bicho cómo el dice con sus amigos en el bar, aunque lo haré con menos efectividad, no se que futuro me espera. En la fábrica decían que solo podíamos vivir 4 horas.

Día 3 por la noche.

Me han colgado del llavero, me siento cómo el salvador de la humanidad.

Día 4.

Mi dueño me ha llevado de paseo por el pueblo, pero casi ni me presta atención me lleva en el codo casi todo el rato. ¡El codo no respira, ahí no hago nada! Cuando me lleva en la cara  me suele bajar para que no disfrute de su tacto, sino que está con su amigo el puro, él si que disfruta de su tacto. Ojalá fuera puro para que me chupara todo el día

Día 12

Esto se me está haciendo difícil, mi dueño pasa de mi, me lleva cómo un accesorio más a su vestimenta. Cada vez estoy más echo polvo, el color amarillo y negro esta dando paso a mi jovial azul celeste que tanto caracteriza a una mascarilla sana, espero que pronto me tire, me estoy poniendo enferma. ¡No era tan bueno tener una vida larga!

Día 19.

Ha sido un día muy duro, hemos tenido un accidente. El anciano al ver venir a la policía me ha quitado de su codo y rápidamente me ha puesto es su boca, y por la violencia del momento ha tirado con mucha fuerza de mi. Uno de los elásticos se ha partido por la mitad. ¡Ahora estoy mutilado, ojalá me tiren ya! 

Día 20.

Me ha atado él elástico. ¡Qué asco de existencia!

Día 22.

Hoy me he encontrado con el coronavirus, cara a cara, pero ha sido demasiado tarde. Ya no tenía fuerzas para poder filtrar y salvar a mi señor, el virus ha entrado cómo si nada. Soy una inútil y además mi señor se ha infectado. Debería estar en la basura hace semanas, pero estoy aquí matando humanos silenciosamente.

Día 28.

Parece que el virus no ha podido con mi amo, es solo asintomatico. Hoy hemos ido al bar con los amigos, mi salud era tan débil que no podía ni sujetarme en su codo, estoy desvalido. ¡La muerte es la única salida!

Día 35.

Ha venido la nieta de mi señor de visita y al verme me ha mirado con cara de asco y pena, me ha cogido con un guante, llevaba puesta una flamante mascarilla FPP2 de último modelo, por lo menos mi última visión ha sido algo higiénico y sano.

Me ha tirado a la anhelada basura. ¡Mi sueño se ha cumplido!