Los peces cíclidos haplocrominos, muy abundantes en los lagos africanos, se caracterizan por haber ideado un truco para lograr la fertilización de los huevos, que la hembra guarda celosamente dentro de su boca. Los machos de este grupo exhiben unas marcas amarillas en la aleta anal cuyo aspecto recuerda al de los huevos. Cuando la hembra descubre las marcas anales del macho, su instinto maternal le empuja a acercarse, para recoger esos falsos huevos en su boca, momento que aprovecha el macho para disparar el esperma