Los ingenieros de YouTube tenían un problema: la gente no paraba de subir vídeos al servicio y convertirlos (transcodificarlos) a los formatos adecuados no se hacía lo suficientemente rápido. Al ritmo que iba a todo, el colapso era factible. Ahí es cuando Partha Ranganathan, máximo responsable de ingeniería en Google, tuvo claro que algo tenía que cambiar. Tenían que dejar de depender de hardware de otros y crear sus propios chips. Qué ha pasado. Aquel esfuerzo que comenzó hace siete años cristalizó con los llamados Argos Video Coding Units...