A pesar de que su nombre no es muy conocido, lo cierto es que muchas personas padecen de gefirofobia, el miedo irracional o excesivo a cruzar puentes o viaductos , que se agrava cuando se manifiesta combinada con la acrofobia, el miedo a las alturas. La palabra procede del griego gefura (γέφῡρᾰ, puente) y fobos (φόβος, miedo), por lo que este puente dispone de un servicio de conductores para cruzarlo. Como curiosidad, se tarda siete años en pintarlo por completo, y cuando se termina se vuelve a empezar otra vez inmediatamente.