En apariencia Japón, y Tokio en particular, parecen extremadamente permisivos con todo lo pervertido [...] Creo que lo que realmente diferencia la sensibilidad japonesa y la occidental en cosas como éstas es el hecho de que en general la gente en Japón no mete la nariz en las cosas que no les interesan directamente y todo el mundo tiende a guardarse sus hobbies para sí. Lo que puede parecer enorme y común desde aquí es de hecho un nicho de contenido para una pequeña audiencia. He conocido a muchos japoneses que no saben ni que existe el hentai.