Nunca habíamos visto a González-Pons más meteorólogo que estos últimos días, cuando habla del “clima político enrarecido” refiriéndose, al parecer, al himaláyico montón de estiércol del caso Bárcenas. Al menos, ha tenido el detalle de hablar de “clima” y no de “climaterio”, porque la situación de Mariano podía haberle conducido directamente al equívoco.