En pleno debate sobre la necesidad de ampliar la plantilla de la Ertzaintza, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, dio ayer un golpe en la mesa al revelar los altos niveles de absentismo laboral de este colectivo, un dato que desde el Departamento se concibe «preocupante» y que espera atajar antes de solicitar un incremento en el número de efectivos. De los 7.750 agentes que conforman la Policía autónoma, alrededor de 900 faltan cada día al trabajo, o lo que es lo mismo, la tasa de bajas es del 12%.