China ha dejado a un lado su hasta ahora habitual secretismo y ha pasado a informar de sus avances armamentísticos, en lo que se interpreta como un cambio de actitud para intentar controlar posibles repuntes independentistas en Taiwán.
Una bolsa repleta de mil millones en manos de un país no democrático, oficialmente comunista, es un arma potencial no contabilizada entre su arsenal. Y apenas oculta sus ambiciones y su agresividad contra Taiwán y países adyacentes