Cuando usted piensa en las ciudades más caras del mundo, la polvorienta capital de Angola, Luanda, parece un candidato poco probable. Baches en las calles, caótica y aún marcada por décadas de guerra civil, la ciudad tiene muy poco de la elegancia y el glamour de Tokio, Nueva York o Moscú, y aproximadamente la mitad de los angoleños vive con menos de 2 dólares al día. Pero a pesar de la pobreza evidente y los barrios marginales en expansión, Luanda es capaz de ofrecer precios exorbitantes. El alquiler de una casa puede costar US$10.000 al mes.