Sacrificio, tremenda palabra cuando se analiza su contexto, viene del latín "sacrificium", que quiere decir ofrenda a una deidad en señal de homenaje o de expiación. Para nosotros los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el sacrificio significa darle al Señor todo lo que Él nos pida a fin de llevar a cabo Su obra, cuando nos referimos a “todo”, estamos refiriéndonos a nuestros bienes terrenales o a nuestras energías. La disposición al sacrificio que tenemos es una muestra de nuestra devoción a Dios.