La carne que se coloca el kebab es, según nos dicen las promociones, de cordero, sin embargo, un estudio británico realizado hace aproximadamente un año detectó que en realidad se trata de restos de carne que se colocan a girar junto con distintos condimentos para después formar el tradicional bocadillo turco. Y claro, si se trata de restos, la grasa es notable, tal es así que se ha denunciado la gran cantidad de grasas saturadas y por ende, calorías que aportan los kebabs, ya que pueden superar las 1000 calorías por unidad.