Por alguna razón desconocida, Westley Strellis, un ciudadano de Atlanta, EEUU, entró a una tienda Walmart, cogió un baté de béisbol metálico de la sección deportiva, y acudió raudo y veloz a destruir televisiones del departamento de electrónica. Durante su ataque de locura, capturado con cámaras de seguridad, reventó nada menos que 29 televisiones, que corresponden a 29 cargos criminales por destrucción de propiedad ajena en segundo grado.