"Dios mío, esto es escalofriante". Ian Ramshaw y Ron Jackson se miraron, sorprendidos, tras analizar los resultados de una de sus investigaciones. Los científicos australianos habían modificado genéticamente el virus que causa la viruela en ratones, creando una nueva cepa que había causado la muerte de todos los animales involucrados en el estudio. El nuevo virus también había acabado con ratones previamente vacunados. Era finales del año 2000, los biólogos tenían la primera evidencia científica de un virus que rebasaba la frontera de la vacuna