Se intenta justificar la posesión de riqueza por el mérito. El mérito va ligado a la inteligencia, y la inteligencia a la habilidad, al arte de manejar algo mejor que otro. Todo es una convención, y una convención perversa pues la posesión de riqueza no va unida en realidad a la pericia sino a otro arte, el de burlar las reglas pensadas precisamente para propiciar la burla. A mayor ingenio para burlarlas, más posibilidades de atesorar bienes, propiedades, hacienda, dinero. Inteligencia=egoísmo+odio+desprecio a los congéneres.