El rasgo más característico y, para muchos, el más sexy de Cindy Crawford se ha convertido en uno de los temas que más preocupan a la supermodelo. El lunar más fotografiado del mundo podría ser en realidad un melanoma cancerígeno. Cuando comenzó su carrera, en los años 80, Cindy Crawford supo rentabilizar al máximo este signo de su cuerpo. Sin embargo, lo que en un principio no pasaba de ser una peca, ha ido aumentando de tamaño hasta sobresalir de la piel.