Ocho activistas de Greenpeace se han colgado de la fachada de la incineradora de Son Reus, en Palma, como forma de protesta por los efectos altamente contaminantes que tiene este método de eliminación de residuos. Los activistas, colgados de una altura de unos 40 metros, han desplegado sobre las 7.20 horas, una pancarta de 120 metros cuadrados en los que puede leerse:"Quemar basura contamina".