A diferencia de la descripción de la Tierra arcaica más aceptada, la de un mundo infernal, con mucha lava, sin agua líquida y desolado, la ofrecida por los resultados del nuevo estudio nos presenta una Tierra más similar a la actual, con continentes, agua, océanos, un cielo azul, e incluso quizá vida, todo ello mucho antes de lo que pensábamos. Parece que tan pronto como la Tierra se formó y enfrió, cayó en el mismo régimen dinámico en el que continúa hoy en día. Esto contradice por completo la historia tradicional sobre el planeta.