Los inversionistas han vuelto sus ojos sobre empresas jóvenes de Internet y sacuden las Bolsas de Nueva York con adquisiciones a precios astronómicos. El astro más fulgurante de este renacimiento es Google, que nació en 1998 pero que entró en Bolsa en 2004, cuyas acciones se multiplicaron por seis, para superar el pasado martes los 500 dólares (unos 386 euros). Su capitalización bursátil, que ya es la décimoquinta de la Bolsa estadounidense, supera la de grupos como IBM, Chevron o Intel.