Todos sabemos de la existencia de las ONGs. Todos podríamos dar decenas de nombres de algunas de ellas gracias a la publicidad en los medios. Todos estamos convencidos de su aporte humanitario y del beneficio humano que estas organizaciones conceden a personas que no tienen nada. Hasta aquí, todos conocemos, y nos gusta, la cobertura del pastel. Tiene una pinta apetitosa. Pero ¿sabemos lo que esconde debajo?