Todo ocurrió en marzo de 2008, cuando Dave Carroll, cantante del grupo Sons of Maxwell, comprobó que la compañía United Airlines había roto su guitarra después de arrojarla de mala manera a la bodega del avión. Después de varios meses de quejas ante la empresa y de tratar de obtener una compensación por un modelo que cuesta 3.500 dólares, Dave decidió tomarse su particular venganza y denunciar el atropello del que había sido víctima a través de una canción. Hoy, su vídeo musical se ha extendido por internet como un reguero de pólvora.