La autofagia celular (literalmente, comerse a sí mismo, que es como se denomina el proceso de limpieza y renovación de los tejidos, porque hay que destruir primero los viejos existentes para renovarlos) puede ser nuestro protector para desarrollar vértigos. O, lo que es lo mismo, cuando este proceso no funciona bien, aparecen problemas de equilibrio. Es lo que han descubierto en ratones un equipo dirigido por Carlos López-Otín, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo