El homosexual retratado como corruptor de menores. Distorsión, manipulación pocas veces inocente, a la que contribuyen actitudes como la del nuevo cardenal Fernando Sebastián, que alude a la homosexualidad en los mismos términos en que lo hace a la pederastia, una “deficiencia”, un defecto, una desviación que puede corregirse con mucha oración y algún tratamiento. La homosexualidad la compara con la hipertensión, una avería corporal para la que hay que buscar remedio. De la pederastia en el seno de la Iglesia dice el cardenal...