Desde siempre he sido partidario de realzar la importancia para las comunidades de seres vivos que atesora nuestro entorno más cercano, tanto los parques y jardines, como nuestros propios hogares. No hace falta ni coger el coche para disfrutar de organismos apasionantes, de joyas, o de simples ejemplos de la variedad de la vida que, como bien suele decirse, se abren camino a poco que les dejes. Esa es la idea de este artículo: abrir los ojos, a través de breves pinceladas, a la biodiversidad que podemos encontrar apenas levantándonos del sofá.