Modesto grito al aire para que alguien me explique cómo pueden pasar cosas así en este país. Tenemos por una parte el caso Bretón, que copa las portadas de revistas y periódicos y cuyo desarrollo ocupa de media unos 15 minutos de prime-time en los telediarios, y por otro, el caso de Ruiz-Mateos, que tiene también su huequito de importancia en la prensa y la televisión, al menos durante estos días en los que el viejo vuelve a hacer de las suyas.