Los centenares de buques que reposan en los fondos de las Islas Baleares, algunos hundidos siglos antes de Cristo, guardan cargamentos de mercancías que se conservan perfectamente gracias a la sal del agua, aunque, oficialmente, sólo se han excavado cinco del centenar censado. Extraoficialmente, los saqueadores han localizado e “investigado” más de mil, con el correspondiente expolio de innumerables piezas para su venta en el mercado negro o en casas de subastas. Mientras, la Justicia y las instituciones miran hacia otro lado.